sábado, 27 de agosto de 2011

Nuestra Señora de Suyapa: Patrona de Honduras.


La diminuta imagen de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa fue hallada un sábado del mes de febrero de 1743, por Alejandro Colindres, un joven y humilde labrador y por un niño de ocho años llamado Jorge Martínez, quienes regresaban a la aldea de Suyapa, cansados de trabajar todo el día en la cosecha del maíz.

Ya llevaban la mitad de la jornada cuando les anocheció. Habían llegado a la quebrada del Piligüín un buen lugar para pernoctar. Allí se acostaron en el duro suelo. Enseguida Alejandro sintió que un objeto, al parecer una piedra, le impedía acomodar la espalda. A oscuras lo tomó del suelo y lo arrojó lejos.
Curiosamente al recostarse nuevamente sintió aquella molestia en el mismo lugar y esta vez no lo tiró sino que, intrigado por lo acontecido, lo guardó en su mochila. A la luz del amanecer descubrió sorprendido que el misterioso objeto era una pequeña imagen de Nuestra Señora tallada en madera de cedro.
Nuestra Señora de Suyapa mide apenas seis centímetros y medio; obra muy antigua posiblemente trabajada con devoción por algún artista aficionado. En su mirada angelical se refleja la nobleza de la raza indígena. Es morena, de rostro ovalado, mejillas redondeadas, y su lacia cabellera le llega hasta los hombros. La imagencita tiene sus diminutas manos unidas en actitud de oración. El color original de su vestidura es el rosa pálido, que apenas se deja ver por estar totalmente cubierto por un manto oscuro tachonado de estrellas doradas y adornado con valiosas alhajas. Colocado al frente de la imagen, un resplandor de plata sobredorada la enmarca. Es una cosa peculiar, pues tanto el resplandor, como la aureola, suelen verse habitualmente en el respaldo de las imágenes. El resplandor está formado por dos aros cerrados en forma de número ocho del que salen los rayos que rodean a la Virgen. El aro superior está nimbado por doce estrellas de plata. El conjunto nos recuerda a la mujer vestida de sol que aparece en el Apocalipsis. De plata sólida es la esfera que sirve de apoyo a la imagen que tanto venera el pueblo hondureño.
En 1925 Pío XII declaró a Nuestra Señora de Suyapa Patrona de la República de Honduras, y se escogió el 3 de febrero como el día de la celebración patronal, con misa y oficio propios.
El primer milagro notable, atestiguado notarialmente, ocurrió en el año de 1796. La primera ermita se bendijo en el 1780 y el templo actual, de enormes proporciones, capaz de albergar a las multitudes que peregrinan a Suyapa, recibió la visita de Juan Pablo II en 1983. El Santuario de Santa María de Suyapa se encuentra enclavado en una de las zonas más humildes de la ciudad y la Basílica puede divisarse desde casi cualquier lugar de la misma.

(La patrona de honduras como ya hemos visto con las anteriores, al parecer solo tiene la excepción e su imagen, pues sus características varean o distancian de la mayoría de las imágenes religiosas, pues esta tiene la aureola delante de ella en forma de ocho como fue explicado, pero también hay que tener en cuenta que cada región o país varia en costumbres y estas afectan el aspecto o facultades de cada advocación, este no es el único caso en práximas entradas se reflejará esto, es algo para tener en cuenta.)
En 1943, el administrador apostólico del arzobispado de Tegucigalpa monseñor Emilio Morales Roque acordó, dispuso y mandó que se construyera el nuevo Santuario Nacional para la Patrona de Honduras integrando una junta proconstrucción
A este hermoso templo llegó el 8 de marzo de 1983 su santidad Juan Pablo II para rendir su tributo y devoción a la madre de Jesucristo oficiando una misa concelebrada con el arzobispo capitalino monseñor Héctor Enrique Santos y el obispo auxiliar monseñor Oscar A. Rodríguez hoy cardenal de la Iglesia Católica y titular de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.
La Virgen de Suyapa es el símbolo de fe de los católicos hondureños y de muchos extranjeros que por esta época viajan a Tegucigalpa para visitar a la patrona de los hondureños que en 1969 fue declarada capitana de las Fuerzas Armadas de Honduras.
(Por último, antes de terminar el tema de esta advocación, hay que tener en cuenta que el hecho de que una virgen se nombre como máxima comandante de un ejército no es raro, incluso fue el propio Bolívar y su ejército libertador los que tenían está misma costumbre. Eso no quiere decir que la figura de la virgen sea bélica, es una manera de sentir apoyo celestial y de dar ánimo a las tropas, es sicología, estrategia y fe componiendo una amalgama.)

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